Soprano 3

Sigo su vuelo. 

Perdida.
...
Los barcos también se ahogan

La Carolina

Por el río de tu patio corre el río
¿qué me lleva hasta el talón de tus pies?
Cuando la escuhe lejos estará a mitad de camino,
es la Carolina que viene otra vez.

No quiero besarte por última vez.
Abrazame esta noche, mañana, después,
pero ahora, Carolina, cubnrime con esas estrellas
que el frío me acerca a mi pequeñez

La Carolina no duerme
La Carolina se lleva mi piel.
La Carolina pasea tranquila
sabiendo que el río le moja los pies.

No quiero besarte si es la última vez,
me guardo estos besos para otras, después.
Si la Carolina no grita conmigo este grito al viento
no sirve este río que ensucia mis pies.

La Carolina se duerme
La Carolina se esconde en mi piel
La Carolina no quiso besarme
La Carolina ... se fue

Soprano 2

Hierbas verdes disecadas.

lluvia que no moja nada.

Toda mi alma.

Todas las noches, 

emancipada. 

Encrucijada.

Late muy tenue. Quedo callada.

Te digo todo. No digo nada,

nunca más nada.

Ensimismada.

Soprano 1

Recuerdo las hojas caerse,

los cielos rojizo recuerdo.

Las aguas manchadas de negro recuerdo

y recuerdo tu voz de escarlata.

Mi piel y mi espanto

ya no los recuerdo

Holagzaneria (tomado de "El libro de los Elogios")

Tiembla, todo tiembla:
tiemblan lo decrépito y lo parco,
lo anárquico, lo apto, la tiniebla
tiembla.
Tiembla la magia, y la avidez tiembla.
El espesor, lo empírico y lo escéptico
tiemblan. Todo tiembla.

Tiembla todo,
tiembla lo imaginario, y el tiempo,
las dudas, el espacio, la cautela

tiemblan.
Tiemblan lo endeble, las sobras, la cuestión.
Tiembla la rebelión, lo necio tiembla.
La cosmovisión, lo hipodérmico, el género.
Todo tiembla

Tiembla todo excepto aquél:
el que salió volando de improvisto
tras el temblor de la golondrina muerta.

Entretanto,
el silencio duerme sobre la insensatez
junto a lo lúgubre,
y el sueño yace en el recinto
Mientras el trabajo es crucificado…
Ahora si, todo es calma.