jueves, 28 de mayo de 2009

PUERTO DE PAPEL


Y en el acervo de los túneles perdidos
pende de un llanto un niño olvidado.
Hace el olvido su más franca agonía:
último respiro,
le regala un barco.

Yo tuve por llanto sereno dos luces
que se fueron apagando, que poco ardieron.
No recuerdo recuerdos, yo extraño.
Tengo pesares
y también un barco

El bosque que rodea al árbol enfermo
conoce otros acervos y crea un túnel.
No engaña cuando juega con las aguas
que llevan al niño
que tripula un barco.

lunes, 18 de mayo de 2009

VICEVERSA

Tengo miedo de verte 
necesidad de verte 
esperanza de verte 
desazones de verte. 
Tengo ganas de hallarte 
preocupación de hallarte 
certidumbre de hallarte 
pobres dudas de hallarte. 
Tengo urgencia de oírte 
alegría de oírte 
buena suerte de oírte 
y temores de oírte. 
O sea, resumiendo 
estoy jodido y radiante 
quizá más lo primero que lo segundo 
y también viceversa.

Mario Benedetti (14/09/1920 - 17/05/2009

jueves, 14 de mayo de 2009

A ESTA PIEDRA

Tácita. Algo insolente, dura y lastimosa. Haciendo de la permanencia un estado y de la perdurabilidad una costumbre. Redondeada en todos tus ángulos, las aguas parcas de tiempos indecisos abrazaron tu frialdad, y te abrazan hoy.

Tus precisas partes son más que el todo que las integra. Desde el África oscura y abandonada hasta una América descreída; no puedo yo narrar tus periplos, aun infiriendo tu estadía en India o Tuvalu. Proferir conjeturas absurdas sobre ti es abandonarse a las terribles pesadillas que puedes liberar si te encolerizas, y no quiero atravesar por tremenda fatalidad

El tiempo te distingue y te ha dado el lugar privilegiado de la vejez perpetua y de la perpetuidad vieja, añeja, sabrosa y tenue. Del tiempo sólo tú puedes decir cosa alguna. Lo que escondes y lo que no conversan en tus fronteras internas, fronteras que serán nucleares cuando algún otro hable de ti. Cuando algún otro cargue su pesadez sobre ti. O, simplemente, cuando otro que no sea yo te arroje al infinito.

Lugar del que eres parte son todos, y los tiempos también. Y las brisas de todos los siglos opinan de ti algo. Pero tus secretos son profundos y entreverados. El sol conoce de ti, pero sólo de tu mutante superficie y no de tus recovecos (donde guardas millares de confidencias). La confianza de la humanidad es parte de tu esencia.

Cuando otro arroje esta piedra que yo ahora estoy arrojando al fondo del río, mis secretos tampoco serán revelados.

...

¡Glup!